Hoy vamos a preparar azúcar invertido, una receta muy sencilla y necesaria para la elaboración de infinidad de recetas dulces.
Llevaba tiempo para ponerla pero nunca llegaba y ahora que estamos en temporada de helados os vendrá genial ya que con ella salen mucho más cremosos y no cristalizan.
La repostería como bizcochos, pasteles, magdalenas… también gana mucho con ella ya que se mantienen tiernos más tiempo.
También la podemos usar para dar brillo a la superficie de toda la bollería.
Podemos preparar bastante cantidad para disponer de ella cuando nos haga falta ya que en un recipiente hermético y resguardada de la luz se mantiene en perfectas condiciones durante un año o más.
Lo que si tenemos que tener en cuenta son las cantidades a la hora de utilizarla ya que endulza un 30% más que el azúcar común.
Ingredientes
- 150 ml de agua mineral
- 350 gr de azúcar
- Un preparado de gasificante (2 sobrecitos para preparar gaseosa de toda la vida, uno blanco y otro de color)
Elaboración
Empezamos poniendo en un cazo el agua a calentar.
Cuando veamos salir en el fondo del agua unas pequeñas burbujitas, echamos el azúcar y el sobre blanco del gasificante y mezclamos bien hasta que se disuelva por completo.
Cuando empiece a hervir, contamos 10 segundos y apagamos. Apartamos del fuego y dejamos enfriar más o menos 20 minutos. Tiene que alcanzar una temperatura de 50 grados y se supone que en ese tiempo se alcanza, de todas formas si tenéis un termómetro de cocina os vendrá genial. Y si no lo tenéis lo podéis comprar AQUÍ.
Una vez lo tenemos a esa temperatura añadimos el sobre de color y mezclamos bien hasta que se disuelva. Veremos que sale espuma pero no tenemos que preocuparnos y seguimos removiendo hasta que quede poca espuma o desaparezca por completo.
Lo guardamos en un recipiente hermético y ya tenemos el azúcar invertido para todas nuestras recetas dulces.