¿Te ha pasado alguna vez que ibas a hacer una tostada y te encontraste con el pan duro como una piedra? ¿O que al darle la vuelta a la tortilla de patata, se te quedó media pegada a la sartén? Si te sientes identificada, este post es para ti.
Hoy quiero compartir contigo tres trucos sencillos pero muy prácticos que he ido aprendiendo con el tiempo (algunos, a base de errores). Te aseguro que si los pones en práctica, notarás la diferencia en tu día a día en la cocina. ¡Vamos allá!
🍞 1. Congela el pan en rebanadas
Esto es un básico que no todo el mundo hace, pero marca un antes y un después: corta el pan en rebanadas y congélalo así. De esta forma, solo necesitas sacar las que vayas a usar y ponerlas directamente en la tostadora. No hace falta descongelar la barra entera ni salir corriendo a la panadería por la mañana.
Yo lo descubrí hace unos años y desde entonces, en mi congelador nunca falta una bolsita de pan ya cortado. Ideal para desayunos rápidos o una cena improvisada con un poco de tomate y aceite.
🍳 2. Una sartén sólo para la tortilla de patata
Si te gusta la tortilla (como buena española, supongo que sí), este truco es imprescindible: ten una sartén exclusiva para hacerla. No la uses para saltear verduras ni freír filetes. Solo tortilla. Y si es una sartén buena, mejor.
¿Un plus? No la friegues con agua y jabón cada vez. Límpiala con un poco de papel de cocina y guárdala. Así se va "curando" y con cada uso mejora. Desde que empecé a hacerlo, no se me pega ni una tortilla, ni aunque lo intente.
🥗3. Aliña tus ensaladas en orden
Parece una tontería, pero no lo es. Si siempre aliñas tu ensalada “a ojo” y sin pensar demasiado, este consejo puede cambiarte el juego: el orden importa.
Primero pon la sal, luego el vinagre, y por último el aceite. Si echas el aceite al principio, crea una película alrededor de la lechuga y hace que el vinagre y la sal no penetren bien. Resultado: una ensalada sosa, aunque le hayas puesto de todo. Pruébalo y verás la diferencia.
👀 A veces, son estos pequeños detalles los que marcan la diferencia entre una cocina “de andar por casa” y una que realmente disfrutas. Si te ha gustado este post, cuéntame en comentarios si ya usabas alguno de estos trucos... ¡o si tienes alguno más para compartir!
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