jueves, 11 de diciembre de 2025

Cómo guardar los ajos para tenerlos siempre listos en tu cocina

 


Cuando cocinamos en casa, hay ciertos ingredientes que casi siempre están presentes… y el ajo es uno de ellos. Forma parte de la base de muchísimas recetas, desde un buen sofrito hasta una carne al horno o unas verduras salteadas. Pero picarlo cada vez puede ser un poco engorroso, y más si lo usamos varias veces a la semana. Hoy quiero contarte algunas formas sencillas y prácticas de guardar los ajos para tenerlos siempre a mano, sin ensuciar tablas y sin perder tiempo.

 

La idea es preparar una buena cantidad de ajos de una sola vez y conservarlos para ir tirando de ellos cuando lo necesites. Verás que es comodísimo.

 

 


 

1. Ajos pelados en un frasco de cristal

 

Una de las maneras más fáciles es pelar todos los ajos y guardarlos tal cual en un frasco de cristal dentro del frigorífico. Es rápido y práctico, y te ahorras tener que pelarlos cada vez que cocinas. Suelen aguantar bien, siempre que los mantengas secos y bien cerrados.

 

2. Ajo picado y congelado en porciones

 

Si quieres tener el ajo aún más listo, puedes picar una buena cantidad de una sola vez. Puedes usar un cuchillo, una picadora o un robot de cocina, lo que te resulte más cómodo. Cuando tengas todo bien picado, repártelo en una cubitera de hielo y congélalo.

Tendrás pequeñas porciones perfectas para añadir a cualquier plato. Solo sacas un cubito, lo echas a la sartén o a la olla y listo. Es una forma ideal para quienes cocinan a diario y buscan ahorrar tiempo.

 

3. Ajo picado cubierto de aceite

 

Esta es una de mis opciones favoritas. Pica los ajos muy finitos y guárdalos en un frasco de cristal cubiertos completamente de aceite. Cuando vayas a cocinar, solo tienes que añadir una cucharadita a la sartén y ya tienes el sabor del ajo sin esfuerzo.

Además, el aceite queda aromatizado y también lo puedes aprovechar para aliños o tostadas. Se conserva perfectamente más de un mes, así que es una solución estupenda.

 

4. Pasta de ajo casera

 

Otra alternativa es triturar los ajos aún más, hasta obtener una pasta. La guardas igual, en un frasco y cubierta de aceite. Esta versión es perfecta para recetas en las que quieras que el ajo se integre del todo, sin trocitos. Es suave de usar y muy práctica para salsas, guisos y marinados.

 

De todas estas opciones, la que más utilizo en casa es la de los ajos picados en trocitos pequeños y cubiertos de aceite. Me resulta comodísima y la verdad es que se conserva durante bastante tiempo, más de un mes, sin problemas.

 

Sea cual sea tu forma favorita, tener el ajo preparado te ahorra tiempo y hace que cocinar sea más fácil. Si te animas a probar alguna de estas opciones, ya verás qué diferencia.

 

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lunes, 8 de diciembre de 2025

Como sacarle partido a tus tápers

 


Organizar la cocina y mantener los alimentos frescos parece una tarea sencilla, pero cuando contamos con buenos tápers todo se vuelve más fácil. Estos pequeños recipientes son parte fundamental de nuestro día a día: nos acompañan al trabajo, en excursiones, en comidas familiares y hasta guardan esas sobras que tanto agradecemos encontrar al día siguiente. Hoy quiero contarte algunos trucos y consejos para sacarles aún más partido.

 


Los tápers no solo sirven para almacenar comida: también nos ayudan a planificar mejor la semana. Tener varios recipientes preparados con platos caseros puede ahorrarte tiempo, dinero y más de un quebradero de cabeza. Además, son perfectos para mantener el orden en la nevera y evitar que los ingredientes se mezclen entre sí.

 

Seguro que alguna vez te ha pasado lo siguiente: guardas un alimento con olor fuerte y el táper queda impregnado para siempre… o eso parece. Pues bien, existe un truco casero que funciona de maravilla. Solo tienes que rellenar el táper con papel de periódico arrugado y dejarlo cerrado un par de días. Cuando lo abras… ¡magia! El olor habrá desaparecido casi por completo. Después, lo lavas bien y estará listo para volver a usarlo sin miedo a que aromatice toda tu comida.

 

Otro consejo útil es almacenar los tápers sin la tapa puesta. Esto evita que concentren humedad y malos olores cuando no se están utilizando. Además, es una buena forma de mantenerlos ventilados. Y algo que nunca falla: lávalos siempre con agua caliente para asegurarte de que quedan perfectamente limpios.

 

A la hora de elegir el mejor tipo de táper, existen muchísimas opciones. Los de vidrio, por ejemplo, son resistentes, duraderos y no retienen olores. Son perfectos para calentar directamente en el microondas o incluso para cocinar al horno. Los de plástico, por otro lado, son ligeros y prácticos para llevar en el bolso o mochila, aunque es importante asegurarse de que sean aptos para microondas y libres de BPA.

 

Si te gusta congelar alimentos, recuerda no llenarlos hasta arriba. Deja siempre un pequeño espacio para que la comida pueda expandirse con el frío sin deformar el recipiente. Y si eres de los que se llevan comida al trabajo, busca modelos herméticos, especialmente si llevas salsas o caldos… ¡No hay nada peor que un táper que se abre dentro del bolso!

 

Los tápers son un básico del hogar y, bien usados, se convierten en una herramienta práctica, económica y sostenible. Ayudan a evitar desperdicios, facilitan la organización y hacen que cocinar sea mucho más sencillo. Y si encima los cuidamos bien, tendremos tápers para años.

 

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